Jordi lleva
ya algunos días con alguna molestia física. Cuando
llegamos a la isla de Oljón empezó a dolerle la ciática en una pierna. Mientras
va en moto sentado o de pie no le molesta nada. El problema viene cuando se
sienta en una silla y tiene que levantarse, el pobre ve las estrellas. Quien haya
sufrido una ciática sabe de lo que hablamos, un dolor nervioso, eléctrico, que
no amaina con nada y que limita cualquier actividad física.
Por
Internet nos hemos puesto en contacto con uno de nuestros colaboradores,
Ortopedia Maza, y Santi nos ha estado recomendando ejercicios y estiramientos
para combatir este dolor. A parte de darnos la pauta de anti-inflamatorios a
tomar para intentar solucionarlo.
Esta mañana
parece que el dolor de Jordi es bastante agudo y yo mismo he tenido que sacarle
la moto del parking donde la habíamos dejado la noche anterior. Todo esto
empieza a preocuparnos un poco ya que nos esperan etapas duras físicamente y
Jordi lo pasará mal. Un remedio seria parar y esperar a que la inflamación
desapareciera pero no disponemos del tiempo que quisiéramos y decidimos
continuar pese al doloroso contratiempo.
El hotel incluía
un desayuno estándar de huevos fritos, pan y te (xai) y tras devorarlo salimos
a llenar a tope los depósitos y los bidones extras ya que no sabemos lo que nos
encontraremos de ahora en adelante. El asfalto termina justo en la entrada
gasolinera, la salida ya es arena.
Esta es la
primera vez que pisamos un desierto y nos lo tendremos que tomar con calma para
ir rodando e ir tanteando la conducción sobre esta superficie.
En nuestro
caso, en la zona del Gobi que atravesaremos, encontraremos pistas duras de
piedra y grava, arena suelta y compactada, bancos de polvo, suelo ondulado,…, y
un río que atravesar.
En mi caso,
seguramente por no tener ninguna merma física, le cojo confianza bastante
rápido y empiezo los tramos del Gobi incluso a demasiada velocidad. La moto va
perfecta, pesa lo suyo pero subo un poco la precarga del amortiguador trasero
intentando garantizar no hacer topes en algún badén. El problema de circular
sobre este tipo de piso es que a baja velocidad la rueda de delante manda sobre
la moto y acabas haciendo verdaderos esfuerzos para mantener una trazada recta.
Vamos poniendo en práctica las técnicas que habíamos leído con atención
sentados en el sofá de casa preparando el viaje. Que si el peso atrás, que
si vigila esto…que vigila lo
otro…nuestra experiencia nos dice ahora que ante las adversidades…GAS!!
Cuando vas despacio
la rueda de delante se intenta clavar en los suelos blandos y es cuando empieza
a zigzaguear y tú a sudar. Dar un poco de gas y buscar que la moto traccione
hace que el peso recaiga sobre la rueda
trasera, liberando la delantera, haciendo que desaparezcan esos movimientos tan
peligrosos. Lo decimos así porque la experiencia nos dice que son peligrosos,
vamos, que si no intentas poner remedio vas al suelo.
La banda de
rodadura de los Metzeler Karoo3 consta de gruesos tacos transversales en forma
de pala y nos ha proporcionado en todas las situaciones un gran agarre, tanto
traccionando en arena como rodando por pistas duras y asfalto. Agradecer desde aquí a Neumáticos Trullas y
al mismo Metzeler que nos ayudaran a elegirlos. Tema neumáticos y material le
dedicaremos un post a parte.
Se me
olvidaba, para rodar con seguridad en offroad hay que ir de pie todo el rato,
sentarse significa desplazar peso delante, que se hunda la rueda y que empiecen
los meneos.
Empezamos el desierto a ritmos diferentes pero al ir intercomunicados
no tuvimos ningún problema de perdernos, bien al contrario, el que iba delante podía
ir avisando de lo que se encontraba en el camino y de los mejores desvíos a
tomar.
En este
desierto no hay una sola pista que vaya hasta tu destino, hay decenas de pistas
paralelas. A menudo te cruzas con camiones y vehículos que circulan en pistas a
centenares de metros.
Mongolia
parece dividida en dos. La parte de Ulan Bator, que es la capital, es la más
desarrollada y se suministra principalmente de Rusia. Al oeste está la barrera
natural del Gobi. Así y todo hay valientes transportistas que atraviesan estas
exigentes pistas destrozando sus vehículos. Son verdaderos mecánicos al volante
porque tienen que reparar averías, que nuestros mecánicos tardarían un par de días,
en un rato y utilizando piezas de repuesto usadas o adaptadas. Mas adelante veréis
como se cambia un rodamiento de un tensor de una correa, reconstruyéndolo
partiendo de rodamientos hechos polvo.
Nuestro
amigo Ignasi Calvo de GR11.net nos habia informado de lo que nos deparaba la
travesía del Gobi y tal y como nos contó a unos 200kms de al última gasolinera
encontramos arena, mucha arena.
Jordi tuvo
algunos sustos antes de llegar a la arena pero fue solventándolos y cogiendo
seguridad. Pasé uno de los primeros tramos de arena y paré un poco mas
adelante. Por el intercomunicador avisé a Jordi que tuviera cuidado y intenté
orientarle para que pasara la zona por la parte mas dura. Nadie contaba que
habia una piedra escondida entre la arena y fue a darse contra ella dando casi
una vuelta de campana, lanzando a Jordi al suelo y cayéndole la moto encima de
él. No vi la caída pero escuche la locución del trompazo en directo.
Volví atrás
tan rápido como pude y pude ver a Jordi rebozado, escupiendo arena de rodillas
al lado de la moto. La GS
habia dado la vuelta entera y estaba mirando la dirección contraria. Jordi se
puso en pie y me dijo que habia perdido una lentilla, la encontramos pero ya no
tenia remedio. Se quejaba de un pié y de un golpe en el pecho. Parecía que la caída
solo le habia magullado pero habia sido mas fuerte de lo que pensamos en un
primer momento y las consecuencias serian importantes más adelante.
La moto
tenia el pico roto, la defensa del cilindro doblada, el retrovisor arrancado y
habia perdido el cristal de uno de los focos led. Verdaderamente Jordi habia caído
en una trampa difícil de superar. Arena muy fina, roderas y un pedrusco de unos
5 kg.
Según
nuestros planes a 20 kms teníamos que vadear un río y decidimos que seria un
buen lugar para descansar y reponer fuerzas.
Parece increíble
encontrarse un río en medio de un desierto. En el lado izquierdo hay una serie
de girts con variada oferta de comida y alojamiento. Vemos también camiones,
furgonetas y tractores que,
si no te ves capaz de superar el río, pagando te pasan al otro lado si mojarte.
Al llegar nos ofrecieron la posibilidad de pasar la moto pero el precio era
alto. Kilómetros antes preguntamos a un par de vehículos que pararon para
interesarse por el estado de Jordi en la zona de la caída y nos dijeron lo que habían
pagado ellos para que los remolcaran para cruzar el río con el motor parado y
era unas tres veces menos de lo que nos pedian a nosostros.
Estuvimos
mirando cual era la zona que menos cubría fijándonos en algún camión que pasó.
Con nosotros estaban dos conductores de camión que parecía estaban descansando.
Uno de ellos hablaba inglés y nos indicó un zigzag dentro del rio que debíamos hacer para
pasar por la zona buena. Hasta le pidió al otro conductor, que resultó ser su
hermano pequeño, que pasara con el camión y que nos convenciéramos que no era tan complicado.
El
principal problema era que entrara agua por la toma de aire del motor, que está
justo encima del cilindro derecho. Por lo que vimos el agua no cubría lo
suficiente como para tener problemas. Llevábamos un tubo de más de un metro para montarlo a modo de ´snorkel´ expresamente para este vadeo pero no lo vimos necesario. Me armé de
valor, encaré la moto y empecé a cruzar el río. Una cosa es ver el zigzag desde
la orilla y la otra es ir sorteando piedras e intentar coger alguna referencia
de donde girar. Resultó que hice el zigzag demasiado largo y la GS empezó a tragar agua hasta
que se paró. De hecho la sensación que tuve es que se habia calado pues ya
estaba casi en la otra orilla. Le di un toque de botón de arranque pero al
instante noté que no estaba calada…estaba inundada.
Unos
cuantos de los que estaban en la otra orilla mirando como intentaba el vadeo se
metieron en el agua para venir a echarme una mano y sacar la moto. Yo
solo no hubiera podido. Entre los que vinieron estaban los que hacían negocio
pasando vehículos. Entre todos la sacamos y la dejamos en tierra firme.
Como ya se habían metido en el río, pasaron la moto de Jordi empujando con el
motor parado sin más problema.
Para vaciar
el motor de agua lo único que hay que hacer es sacar las bujías de los dos
cilindros y darle al motor de arranque para que escupa el agua que ha entrado.
Se secan un poco las bujías antes de montarlas de nuevo y en principio arranca.
Tuvimos que repetir la operación un par de veces pues parece que le costó mas
de la cuenta escupir toda el agua. Arrancó a trompicones pero los presentes, acostumbrados
a este tipo de incidente, aseguraron que cuando en motor se calentara volvería
a ir redondo. Y así fue.
Antes de
despedirnos les ofrecimos unas galletas de chocolate a forma de agradecimiento
por haberse tenido que mojar por nosotros y acabamos con los dos paquetes que
llevábamos. Nos despedimos de los hermanos de los camiones sin saber que nos volveriamos a encontrar.
Jordi parecía
que iba mas seguro y rodaba deprisa sobre la pista dura, pero volvimos a
encontrar zonas de arena y tubo una segunda caída. Igual que en la primera, la
moto quedó girada pero parecía que Jordi no se habia hecho daño esta vez.
Encontré
mas adelante al hermano pequeño de los chóferes con los que habíamos cruzado el
río con el camión averiado y avisé a Jordi que estaba parado por si hacia falta
echar una mano al chico. A unos 50 metros de donde estábamos, Jordi tuvo la
tercera caída. La moto quedó del revés otra vez y Jordi se hizo daño en un pié.
Ya no podía más. Llevábamos 230kms de Gobi y Jordi estaba agotado. Tan cansado
que ya no era capaz de conducir la moto con seguridad.
Al chico
del camión se le habia roto el tornillo que fija la barra de dirección y nos
dijo que no le podíamos ayudar y que si encontrábamos a su hermano le dijéramos
dónde estaba.
A unos 8
kms vimos el otro camión parado y le explicamos la avería que habia tenido su
hermano. Nos indicó que a unos 20kms habia Denver, un pueblo con gasolinera.
Al llegar al poblado paramos justo en la entrada y pudimos ver que estaba formado por unas
20 girts y un par de sencillas casitas. Vino una señora hasta donde estábamos y
nos ofreció sitio para dormir a muy buen precio. La primera opción era compartir
girts con la familia y la segunda opción que nos ofrecieron fue que la
propietaria de una de las casitas se fuera a dormir al girts de su hermana y fuéramos
nosotros quieres durmiéramos en su casa. Esta opción era al mismo precio y nos
decantamos por ocupar la casa. Nos ofrecieron cena y nos trajeron sopa Lagman
muy buena, que repetiríamos para desayunar pues era el único plato de la ‘carta’.
Ya muy
tarde llegaron los dos hermanos camioneros y estuvimos charlando un rato de los
problemas que tienen para atravesar tan duro recorrido.
A dormir y
a reposar, a ver si mañana Jordi se levanta menos dolorido y con mas ánimos,
aunque lleva ya unas cuantas horas anunciando su abandono....
Por la
mañana, después del Lagman de desayuno, Jordi me pidió si podíamos intentar
encontrar la manera de salir el Gobi con una furgoneta. Empezamos las gestiones
y no costó demasiado que viniera una pequeño camión con la caja abierta donde
subir la moto de Jordi y llevarla junto con él hasta Altai.
Saliendo de
Denver a unos 25kms empezaba una carretera de asfalto nuevo pero aun y así
Jordi agradeció no haber de conducir más la moto.
Una vez en
Altai descargamos la moto y empezamos las gestiones para encontrar hotel.
Después de dar varias vueltas y de encontrar alguno económico, decidimos
descansar bien pagando el hotel más caro y poder tomar una merecida ducha
después de dos días en el Gobi.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada